LAS 5 REGLAS PARA UNA RELACIÓN
“SOCIO-MORBO-ARRECHO-EFECTIVA”
Nuestras vidas se basan en una serie de relaciones, muy diversas, desde las familiares a las laborales, pasando por las sentimentales. Sin embargo, algunas personas también comparten relaciones, donde el vínculo que los une con otra persona es el sexo y el placer. ¡Sí, los amantes!
Y es que, para algunos o algunas, no hay nada más excitante que esa sensación de adrenalina que se siente al saber que pueden llegar a ser descubiertos. Llevar una vida sexual activa nos ayuda a contrarrestar el estrés o a liberar angustias. El sexo es la mejor receta para todo.
Pero claro, es mejor tener unas reglas acordadas entre cualquier relación “socio-morbo-arrecho-afectiva”. Como dicen por ahí: “las cuentas claras y el chocolate espeso”.
Regla 1:
Si va a empezar a jugar con fuego con alguien que tiene pareja, debe poner las cosas claras desde el principio, como el tema de la logística para que nadie sospeche, nada de miraditas y coqueteos en público y preferiblemente no se busquen los fines de semana.
Regla 2:
No vaya a creer, nunca en la vida, que él o ella va a dejar a su pareja para formalizar una relación con usted. Sea consciente de que sólo se trata de sexo.
Regla 3:
Exprese al otro cuando tenga sentimientos de celos que puedan atentar contra la “sociedad sexual”. Tiene que entender que, como amante, usted no se puede dar el lujo de sentir maricaditas cursis por esa persona. Véalo(a) como una “maquinita sexual” y punto. Nada de “amor”, “cielo” o “Te extraño”. Nota: Si cree que ya está sintiendo algo, le aconsejo que huya lo más rápido que pueda.
Regla 4:
Recuerde que lo que tiene con esa persona es una relación “socio-morbo-arrecho-afectiva”, por tal razón si le cancelan una cita que tenían para tirar, no se empute ni haga mala cara. Finalmente, la idea de este tipo “encuentros” es para estar tranquilos y sentirse bien. No para chocar, para eso tiene a su pareja.
Regla 5:
Es súper importante que, para que esta vaina funcione, mantengan la chispa, la creatividad, las ganas, cumplan las fantasías sexuales de ambos. Hágale cosas nuevas, háblele sucio (¡sin sobreactuarse, por favor!). Mejor dicho: ¡Hágale rico, relájese y disfrute!
La Rana
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